Blog

el 6 diciembre 2023

En ocasiones me gusta hacer snorkel, me encanta ver los peces y explorar bajo el agua. Pero, en nombre de la verdad, no soy un experto nadador, lo cual hace que en un par de ocasiones me haya llevado algunos sustos. Este pasado verano, por ejemplo, me pasó que, sin darme cuenta, en una de mis expediciones me alejé un buen trecho de la orilla y al percatarme de la distancia me asusté mucho y no sabía qué hacer. Mi primera reacción fue intentar emprender el regreso lo más rápido que pude, quizá con un poco de desesperación o, mejor dicho, sintiendo literalmente que iba a morir. Me agobiaba no poder saber si tendría fuerzas para llegar a la orilla, no dejaba de mirar para ver la distancia que me faltaba, lo cual hacía más tedioso y desesperante el trabajo. Al final, es cierto que logré acercarme a un señor con una tabla de surf que me auxilió y me ayudó a ponerme a salvo, pero la gracia pudo haber salido cara.

Cuando pasan los días y miro esta experiencia, me pregunto el por qué cuando estaba mirando el fondo y disfrutando de sus bellezas me encontraba tranquilo y, tan solo cuando levanté la mirada poniendo el foco en lo lejos que estaba, me sobrecogió la conmoción que me robó el maravilloso momento que estaba experimentando. Llego, una vez más, a la muy básica conclusión de que perdí el foco del “presente” que me daban los sentidos, para fijarme en la incesante incertidumbre del “futuro” que me prodigaba la mente.  

Tengo que confesar, que no me es ajena la situación en mi experiencia diaria. Esto de centrarme en el futuro no solo me ha privado en ocasiones dar con soluciones adecuadas en situaciones difíciles, sino también de disfrutar muchos momentos preciosos de mi vida. Solo que con el tiempo he ido aprendiendo a “pillar” ese ladrón de momentos, que no es precisamente el futuro, sino el enfoque desmedido en él. La gestalt enseña justamente eso de: “Vive ahora...preocúpate del presente más que del pasado o del futuro”.  De allí, que en este momento pueda identificar con mayor conciencia cuando me pierdo la experiencia real por estar enfocado en lo que no está sucediendo en el ahora.

En el mar de la vida, como enseña en esencia la terapia gestalt, ante la invasión de la ansiedad por el futuro que intenta robar el momento presente, conviene constantemente volver al “aquí y ahora”. Solo así, es más fácil responder apropiadamente a nuestras necesidades, ya que lo hacemos desde lo que verdaderamente está sucediendo, sin adelantarnos con respuestas automáticas dictadas por la perplejidad que causa lo que imaginamos.

 

Comentarios

Deja un comentario

En cvap.es utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecerte lo mejor de nuestra web. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso.