¿Qué es la Supervisión?

A menudo los/as terapeutas necesitan disponer del punto de vista de otro/a profesional más experimentado/a que les ayude a realizar su labor con eficacia. Sería aconsejable supervisar con cierta frecuencia y de modo permanente para crecer como profesional y reciclarse. Más aún, hay situaciones concretas donde la necesidad de supervisión se hace patente. Nos referimos a determinadas intervenciones psicológicas con determinados/as pacientes donde no hay una evolución favorable.

Un/a buen profesional verá enriquecido su trabajo si de forma permanente reflexiona sobre su labor bajo otras miradas más experimentadas diferentes a la suya.

Los motivos más urgentes para la necesidad de supervisión son:

• Inexperiencia con la profesión en general o con un determinado tipo de tratamiento.
• Dificultades inesperadas en el diagnóstico, la intervención o la evolución.
• Que el/la profesional se vea demasiado afectado/a a nivel personal (por una situación concreta, por “estar quemado/a”, etc.).

¿A quién va dirigida nuestra supervisión?

A quienes desarrollen labores psicoterapéuticas individuales o en grupo, públicas o privadas, donde lo psicológico sea el objeto de la supervisión: sobre todo psicólogos y, secundariamente, psiquiatras, profesionales de ámbitos educativos y de intervención social.

*Para no contribuir al intrusismo profesional, sólo supervisaremos tratamientos psicológicos que estén realizados por psicólogos colegiados y acreditados según el caso. A otro tipo de profesionales les supervisaremos otro tipo de intervenciones acordes a su formación (sociales, educativas, etc.), siempre y cuando nos consideremos capacitados para ese caso en particular.

Trabajo en dos direcciones

• Estudio del caso (demanda, valoración del problema, intervención, etc.).
• Cómo afecta el caso al profesional (cómo evitar que lo personal condicione excesivamente la intervención, cómo aprovechar las cualidades del terapeuta, etc.).