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el 25 septiembre 2025

PRESENTACIÓN DEL LIBRO. Publicado en julio de 2025.

El 20 de febrero de 1995 no pude dormir. Tenía 30 años. Lo recogí en mi diario de entonces y lo recuerdo como si fuera ahora. Es muy infrecuente que tenga insomnio, pero aquel día me ocurrió algo extraordinario. Me gusta decir que experimenté una especie de “éxtasis intelectual”. Empecé un libro al acostarme, cosa que tampoco suelo hacer, leer en la cama, y no pude parar hasta terminarlo mientras veía amanecer por la ventana, sentado, excitado, fascinado. No era solo que me enganchó su lectura, eso me ha pasado más veces: era que mi mente se abrió como en una explosión de fuegos artificiales y montones de ideas iban y venían en diversos planos mientras seguía leyendo. Me resulta difícil expresar lo que me inspiró esa lectura. Nunca me he sentido tan deslumbrado a nivel intelectual y, aunque disfruto mucho leyendo, nunca me he vuelto a sentir intelectualmente tan inspirado. Lo que allí encontré me acompaña desde entonces. Aquel libro fue Psicología integral, de Ken Wilber. No era el primer libro que leía de Wilber ni ha sido el último, pero sí el que me resultó más impactante y significativo. Por entonces estudiaba Psicología.

Pasada una década, leyendo periódicamente a este brillante pensador, reparé en que el traductor de sus libros al castellano era un psicólogo de Valencia llamado David González Raga. Ni corto ni perezoso conseguí su teléfono, contacté con él, y nos tomamos un agradable café. ¿Qué quería yo? Nada que supiera, tan solo compartir lo que admiraba, lo que en buena medida amaba. Me encontré con una persona inteligente y humilde, sin estridencias, culta en los temas de la conciencia, y fue un auténtico placer conversar con él.

Perdimos el contacto, y hace unos siete u ocho años, mucho después de aquella noche insomne, de aquel café con David, y manteniendo prendida la llama con nuevas lecturas y mi ejercicio profesional, pensé en escribir este trabajo. En honor a la verdad, no me fiaba ni un pelo de mis intenciones, de modo que en los siguientes años me puse a prueba leyendo, estudiando, exponiendo y hasta confeccionando apuntes para mis alumnos. Y hace un par de años vi que iba en serio. Y pasé a la última fase de este proceso: escribir este libro.

Si se me permite la proyección, este libro no ha dejado de jugar conmigo desde su concepción. Ha supuesto, como habrá experimentado cualquier escritor, una auténtica aventura y desventura impredecible. Me ha llevado y traído, motivado y desanimado, abandonado y rescatado y, en suma, me ha hecho sentir rebosante y carente, con mil cosas por decir o sin nada que aportar. Tanto es así que nunca pensé que escribiera algo al respecto y, a la par, no entiendo cómo he podido tardar tanto.

El asunto de la conciencia siempre me había resultado atrayente, especialmente, el hecho de que en cada uno de nosotros habitaran tantas conciencias, tantas “voces” distintas, que al final nuestra experiencia global fuera coordinada o descoordinada, unificada o disociada, serena o conflictuada. Instintos, emociones, sentimientos, pensamientos conscientes e inconscientes, mágicos y míticos, racionales e irracionales, éticos y morales… se entretejían y, por si fuera poco, también acudía a este encuentro nuestra conciencia de ser en el mundo y en las relaciones, nuestra conciencia de nosotros mismos, y el sentido que pudiéramos dar a nuestras vidas. Y, más allá de lo individual y lo manifiesto, nuestra conciencia espiritual.

Y a esto he dedicado el último año, a ratos, sin prisa, con gusto. El resultado es en parte un resumen necesario de las nociones de otros autores, puesto que son infinidad los que abordan el asunto de la conciencia, y en parte una exposición aclarando la interacción entre las diversas conciencias que habitan en nuestra sensación global de ser conscientes.

Nada más terminar este trabajo me vino su título: La conciencia múltiple. Creo que refleja bien la diversidad de niveles de conciencia que nos componen, así como el hecho de que sean autónomos, se mantengan activados y, a la vez, estén condenados a convivir en nuestra mente y a entenderse. El primer capítulo expone someramente el marco teórico necesario para comprender el trabajo posterior. Del segundo al octavo capítulo incluidos presento de forma breve y amena las distintas fases evolutivas del desarrollo de la conciencia a nivel cognitivo, del yo, psico-sexual, moral, social, etc., así como sus posibles patologías, lo cual facilita una visión comprensiva. Por último, los capítulos noveno y décimo recogen y abrazan una visión interactiva y procesual entre las diversas conciencias. Se expone sucintamente el desarrollo de la conciencia a través de algunos conceptos psicológicos (capítulo 9) y algunos parámetros que considero claves para cartografiar este desarrollo (capítulo 10).

 

Valencia, abril de 2025

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