Estamos en época navideña y esto lleva de la mano el tema de la familia.

Cenas, comidas, tiempo compartido con padres, hermanos, suegros, sobrinos, abuelos…

Regalos, amigo invisible.

Dónde nos vamos a reunir, si vamos a su casa o vienen a la nuestra, qué menú prepararemos o nos habrán preparado, si nos arreglamos con ropa bonita para este día especial o hacemos una temática navideña.

Hasta aquí puede ser todo muy neutro, pero vamos a ir viendo un poco más despacio cómo se puede ir viviendo todo ese encuentro familiar.

Puede haber ganas de estar con la familia, de volver a reunirnos, de compartir tiempo y espacio, de darnos cariño, abrazos de los que nos balanceamos a uno y otro lado, conversaciones sin prisas, risas, algún que otro villancico improvisado y algún que otro bailecito después de los polvorones.

Puede que pensemos que hay que cumplir un año más como viene siendo habitual en estas fechas, que menuda gracia tener que volver a tener que estar en la misma mesa con el cuñado que se pone pesado creyéndose gracioso cuando se ha tomado dos copas de vino.

Y, si tenemos pareja, no solamente hablamos de nuestra familia sino también de la suya, la familia política. Llegar a acuerdos de con quién estar en nochebuena y el día de navidad, si unos suegros tiran más que otros para que estemos con ellos, si nos apetece estar ahí o lo hacemos por respeto a nuestra pareja o si, curiosamente, nos apetece más pasar estos días con la familia política que con la propia.

Todavía podemos agregar un factor más: las parejas separadas y con hijos comunes. Llegando a acuerdos sin necesidad de convenios al mirar por el bienestar de los hijos o teniendo que recurrir cada progenitor a su abogad@ porque no se está cumpliendo lo acordado, tirando cada padre o madre para su propio terreno.

Familias que han dejado de hablarse, que no quieren tener relación y que aunque sea navidad, han decidido no estar con ellos. Algunas personas deseando que pasen pronto estos días porque les remueve, otras sintiéndose liberadas y habiendo normalizado la situación.

Ausencias de personas que ya se marcharon, esa silla en la que siempre se sentaba y que ya no volverá a ocupar, tristeza y nostalgia que todavía nos llena los ojos de lágrimas.

Familias que están deseando que lleguen estas fechas porque saben que podrán volver a compartir unos días con esas personas que tanto quieren y a las que tanto quiere, a las que les une un vínculo fuerte aunque no se vean a diario.

Y personas que lo viven como si fuera un día festivo más, como cualquier domingo en el que se reúnen a comer, sin más expectativa.

La familia, un tema que se pone encima de la mesa en estas fechas.

La familia, un tema que no nos deja indiferentes.