Café, ventana abierta para escuchar a los pájaros que ahora campan a sus anchas, que se hacen oír más -o al haber menos ruido de coches se permite escucharles mejor...
Esta crisis pasará a la historia de la humanidad. Si no aprendemos mucho y rápidamente de esto, el próximo virus será mucho más dañino si se propaga por el aire.
“Llego a casa y mis padres me preguntan qué tal me ha ido hoy en clase. Les digo que como siempre. Me vuelven a decir que me notan con el semblante serio y yo también les vuelvo a decir que es por los estudios, que me agobio un poco..."
El niño pequeño, cautivo en un estado que no le deja ver más allá de sí, ni siquiera con los órganos de los sentidos aún inmaduros, pasará a ir experimentando el mundo exterior.
Si no hay significativas distorsiones al respecto, cuando recibimos mucho, nos sentimos en deuda, de modo que tenemos la necesidad de devolver lo recibido para restaurar ese equilibrio.
Un juez condena a veinte años de prisión a un hombre por homicidio.
Un padre quema las manos en el fuego a su hijo por haber robado en un mercado.
Una niña deja de jugar en el recreo porque uno de sus compañeros está haciendo trampas.
Hace algunos años que el grupo Tequila cantaba aquello de “salí de casa con la sonrisa puesta, hoy me he levantado contento de verdad”. Y tenían más razón que un santo: contentos de verdad, ese es el motivo para una sonrisa sincera.